Las decisiones están tomadas
Las armas puestas sobre la mesa
Los cazadores han alimentado sus vientres
Están preparados para salir a sortear la noche
No perdonaran a aquel que se les cruce en el camino
No tendrán perdón de dios con el otro.
Uno es alto, delgado y moreno
lleno de tormentos que le impiden el sueño
de mirada penetrante y ojos negros
de sonrisa eterna y manos grandes
con su vos evoca la señal ritual de la cacería
No le teme a la noche juega con ella.
El otro es joven, alto de contextura física marcada
Por las batallas de la vida, es principiante
Su voz endulza los oídos, es su mejor arma
Engaña con su mirada indirecta
Su erecta postura lo demuestra preparado
Para las oscuras verdades del mundo.
Juntos van en busca de la presa perdida
Saben que el fracaso y la soledad los siguen
Pero cuentan con ellos, pueden engañarlos
Buscaron por todo rincón y lugar
Mataron y desmembraron a todo aquello que se les opuso
Trotaron en círculos buscando su presa perdida.
El gran cazador reconoció que la soledad les había ganado
Fracaso los tomo por la espalda y los estoco sin titubear
Acabo con la reputación de los cazadores
Y la presa perdida pudo volver a su campo
Los cazadores fueron colgados en la perdición
La soledad y el fracaso ganaron esa noche de cacería.
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